No cabe duda que muchas de las historias detrás de los atletas de alto rendimiento son asombrosas y sumamente conmovedoras porque muchos de estos deportistas tuvieron que enfrentarse a adversidades que pusieron a prueba su carácter y valía.
José Alejandro Barrondo, de 22 años, no olvida los días de dolor que antecedieron a su gloria y tampoco olvida que fue gracias a su madre que pudo llegar al pódium, de los Juegos Panamericanos, porque mientras él entrenaba, ella lustraba zapatos para mantenerlo y ayudarlo a cumplir sus sueños.
Por eso al regresar a casa, en San Cristóbal Verapaz, pueblo natal del guatemalteco, no dudo ni un segundo en regalarle la presea de bronce a su madre por haberlo criado sola y de manera independiente.
Esto ocurrió frente a todos sus vecinos, quienes lo recibieron como un héroe, porque el atleta también reconoció lo mucho que su comunidad lo había ayudado dándole para comer o apoyándolo con sus pasajes para que pudiera trasladarse.
Durante este conmovedor momento, el joven también emitió un emotivo discurso que hizo llorar a algunos de los presentes, mismo que culminó cuando colocó el metal obtenido en el cuello de su madre.
‘Cuando tenía 8 años mi mamá compró una caja para lustrar zapatos, porque mi papá nos abandonó y no teníamos para comer. Ella merece la medalla por haberme sacado adelante pese a la pobreza’.