No cabe duda que la raza humana no deja de sorprendernos, a menudo se conocen casos de personas con condiciones únicas en el mundo que dejan boquiabiertos a todos.
Ese fue el caso de Broc Brown, un joven originario de Jackson, Michigan, en Estados Unidos, con una altura increíble de casi dos metros y medio cuando apenas tenía 18 años, lo curioso, es que seguía creciendo sin detenerse.
La extraña condición del joven es conocida como síndrome de Sotos o gigantismo cerebral, el cual afecta a solamente una de quince mil personas en el mundo.
Como era de esperarse, a pesar de ser reconocido en todo el mundo, su enfermedad también le provocaba dolores constantes de espalda y complicaciones para caminar. Su madre, también sufre de algunos problemas en su vertebra debido a que Brown, siempre fue enorme, incluso cuando era un bebé.
Cabe señalar que Broc, ya medía mas de metro y medio cuando asistía al jardín de niños, diferenciándose por mucho de sus compañeros.
El caso de Brown fue conocido por muchos en todo el mundo, nombrado como “El niño que no para de crecer”. Existen algunos documentales donde se exponen todas las dificultades por las que pasó, desde un sillón adecuado para su tamaño, o mandar a hacer especialmente un par de zapatos que se ajustaran a sus medidas.
Su madre por su parte, siempre estuvo a pie de cañón con él, consintiendo hasta su enorme apetito, ya que Brown requería de enormes cantidades para sentirse satisfecho.
Desafortunadamente, y es algo que muchos no saben, Broc Brown, finalmente perdió la batalla contra su condición, la cual lo orilló a desarrollar otras enfermedades como el diabetes o severos problemas físicos debido a su postura mismas que cobraron su vida en septiembre de 2019. Ahora es recordado como aquel adolescente más grande del mundo.