La maestra Guadalupe Barajas Piña, “Lupita”, quien se encontraba en calidad de desaparecida desde febrero de 2020, fue localizada sin vida en una fosa clandestina en el municipio de Salvatierra.
Desde hace más de 11 meses era buscada por sus familiares, amigos, organizaciones de rastreadoras y por madres de familia de la Escuela Primaria Guadalupe Victoria de la comunidad Valencianita, de Irapuato, en donde impartía clases. La maestra Lupita, de 32 años, salió de la casa de sus padres, ubicada en el centro de Salvatierra, la mañana del 29 de febrero pasado, y desde ese día no se volvió a saber de ella.
Este viernes, la organización Desaparecidos Guanajuato confirmó que el cuerpo de la profesora ha sido identificado; «Descanse en paz», expresó en sus redes sociales. La Fiscalía General del Estado (FGE) logró identificar el cuerpo de la maestra mediante estudios de genética forense, y procederá a entregarlo a sus familiares, quienes también son parte del gremio magisterial.
El coordinador general del Movimiento Democrático de Trabajadores de la Educación de Guanajuato, Martín Martínez Contreras, expresó que el hecho entristece a las maestras y maestros del estado y exigió a la fiscalía que se haga justicia. Por su parte, colectivos de familiares de personas desaparecidas han exigido a la FGE acelerar los procesos de identificación de los cuerpos y restos de personas que han sido recuperados de fosas descubiertas en Irapuato, Salvatierra, Cortazar, Acámbaro y León.
Entre la última semana de octubre y noviembre pasados, la Comisión Estatal de Búsqueda documentó el hallazgo de 79 cuerpos en 65 excavaciones en el predio Rancho Nuevo del Barrio de San Juan, en el Salvatierra.
El movimiento Plataforma por la Paz señaló que Guanajuato enfrenta una crisis forense por la dificultad para la identificación masiva de los hallazgos recientes de restos humanos, que suman al menos 200, y en los casos individuales que exhiben retraso, dilación y malas prácticas de la fiscalía.
Con información de El Universal