Nahuablante de Coetzala sueña con ser ingeniera, presenta exámen y su madre la espera afuera de la UV

Con el estómago vacío, pero con la ilusión de ser una ingeniera, así se presentó Fidelia a su examen de admisión, joven bilingüe, nahuablante, originaria del municipio de Coetzala, quien busca estudiar una ingeniería en la Universidad Veracruzana.

Su madre, doña Ausencia Hernández Valerio, también sin desayunar, espera a “Fide” sentada en una de las guarniciones de la Facultad de Economía, en la capital del estado. Con reservas, comparte que ella y su hija caminaron hasta tomar un taxi en los primeros minutos del sábado 22 de mayo para llegar con anticipación a la cita, prevista para las 8:30. El tiempo es lo de menos, el problema fue cubrir los dos mil 800 pesos que tuvieron que pagarle al chofer.

Llegamos a las 6:00 y ya luego se formó ella. No sé qué quiere estudiar…, una ingeniería. Sí me platica pero no sé más. Yo estoy sola y lo que le digo es que la voy a apoyar.

Afirma para luego expresar su emoción por tener una hija estudiosa e inteligente, igual que su hermanito, quien cursa la primaria.

Ataviada con indumentaria tradicional y cubrebocas, doña Ausencia sonríe, sus ojos la delatan, hay alegría en ellos, y es que si Fide obtiene un lugar en la UV y termina su carrera, será la primera persona en su familia que cuente con estudios profesionales.

Si eso sucede, les espera un camino difícil en lo económico, pues doña Ausencia hace “distintos trabajitos” para ir subsistiendo. Sin embargo, no se desanima y alienta a su hija a seguir.

Lo primero es que quede, ya luego vemos dónde vive y buscamos una beca, eso es lo que yo le digo porque hasta donde se pueda, yo le voy a dar estudios

Fidelia apenas tiene 18 años, así que tampoco hay mucha prisa, lo que sí hay son muchas ilusiones de ambas mujeres, quienes no han crecido en las mejores condiciones, pero a pesar de ello, ven el futuro con optimismo.

“Ella dice que si no pasa lo intentará otra vez, el próximo año. Y yo le digo que sí”, enfatiza. Quizá las cosas serían un poco mejor si el papá apoyara, comenta doña Ausencia, para luego lamentar el desisterés.

“Pero no importa, ahí vamos. Y mi hijo también es estudioso. Yo no les digo que no. Lo que quieran lo vemos. El cumplió los 12 años el 10 de mayo y también lleva buen promedio”.

Los sueños compartidos son de “echarle ganas y salir adelante”, manifiesta doña Ausencia, mientras espera a Fide para comprar algo y luego emprender el regreso a su lugar de origen, en la zona montañosa central del estado de Veracruz.

Fidelia buscar ser uno de los 17 mil 295 jóvenes de nuevo ingreso que forme parte de la máxima casa de estudios a partir del próximo semestre. Si es así, buscará apoyo. Su madre, con optimismo, deja el número de su celular, por si alguien quiere comunicarse después, 2331168382.

Información: El Sol de Córdoba

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