Monterrey, Nuevo León.- Era 2011 cuando Ana Lucía Aranda, de 11 años, con ayuda de una maestra convenció a sus papás de que le dieran permiso de viajar a la Ciudad de México.
La niña fue parte de los 12 alumnos seleccionados para el Octavo Parlamento de las Niñas y los Niños de México y representó a Nuevo León como legisladora en la Cámara de Diputados.
“Le digo ‘no tienes miedo de subirte al avión’, y dice ‘no, no tengo miedo'”, recuerda su mamá Aracelia Pérez. “No, ella no le tenía miedo a nada”.
En la casa de Ana Lucía en la Colonia Raúl Caballero, un sector vulnerable de Montemorelos y de difícil acceso por falta de pavimentación, hay un altar con su foto y otra de su hijo Iker, de cuatro meses, ambos asesinados por Álvaro T., papá del bebé.
Entre sus diplomas destacan primeros lugares en concursos de oratoria. En agosto del 2012 salió en la sección VIDA de EL NORTE porque las autoridades premiaron con laptops al equipo del parlamento.
La joven tenía 19 años, trabajaba en un Oxxo, estudiaba derecho en la Universidad Intertech y hacía sus prácticas en el Code del Municipio.
“Desde chiquitita decía que quería estudiar para abogada”, cuenta Aracelia, “como siempre se la pasaba defendiendo, defendiendo niños, defendiendo gente”.
“Decía que cuando se graduara iba a llevar el niño vestido a su graduación… la ilusionaba mucho eso”.
El sábado 26 de octubre Ana Lucía y su bebé desaparecieron. Al día siguiente localizaron su cuerpo calcinado en Villagrán, Tamaulipas, y el 1 de noviembre hallaron al niño sin vida también en aquella entidad.
“Fuimos a la comandancia, ‘no, pues que tienen que pasar no sé qué tantas horas’. Nunca nos pusieron atención”, recuerda su mamá sobre la noche que su hija no volvió a casa.
“(Nos dijeron) ‘vayan a Code’, en Code la puerta cerrada, jamás nos abrieron”.
Esa tarde Álvaro le pidió que se reunieran tras asegurarle que la apoyaría con la manutención del niño.
Aracelia relata que el hombre es casado y el año pasado su hija inició una relación con él porque le afirmó estar separado.
Luego de quedar embarazada la abandonó y su mamá narra que dos semanas antes de asesinarla la volvió a buscar para pedirle que publicara en Facebook que el bebé no era de él, pero se negó.
Cuando Ana Lucía desapareció en su Facebook se subió una publicación donde supuestamente ella decía que Iker no era hijo de Álvaro, lo que de inmediato alarmó a la familia y comenzaron a buscarla.
Debido a que encontraron el cuerpo de la joven en Tamaulipas, su feminicidio es investigado en ese Estado, y allá está detenido el agresor.
Aracelia recalca que el bebé estaba registrado con los apellidos de su hija y jamás lo buscó para pedirle ayuda.
“Ella no le quitó nada”, lamenta, “batallamos bastante cuando estuvo embarazada y todo.
“Jamás lo molestamos, ¿para qué arrimarse?, ¿nada más para hacerles daño? Nada más porque ‘me estorba ese hijo que tienes'”.